Saber tener y desarrollar hábitos financieros en el hogar es una de las áreas académicas que debería ser tenida en cuenta para explicar en los salones de clase. Si bien nos enseñan a memorizar un sinfín de información, obvio de gran importancia, muchos no tienen el conocimiento adecuado para lograr una buena salud financiera para su hogar frente a los gastos. Por esto en Pibank traemos para ti y tu familia las recomendaciones para aprobar esta materia necesaria para tu vida.
Llegamos a la vida adulta sin saber hacer una lista de la compra razonable, cuánto gastamos en cada cosa, ni fijar unos objetivos de ahorro para tener un colchón que permita afrontar esos daños en el hogar, de nuestro automóvil o cualquier otro evento inesperado. En resumen, nadie nos ayuda a entender qué son los hábitos financieros en el hogar y cómo gestionarla sin perder la cabeza.
“Lo más importante es saber los ingresos y gastos mensuales del hogar”
Toma papel y lápiz o crea una tabla de hoja de cálculo en tu computador y calcula tu patrimonio. Define cuánto dinero tienes ahorrado, el valor de tus acciones, los inmuebles de tu propiedad y a esta cantidad le restas todas tus deudas, hipotecas incluidas.
Ahora ya tienes panorama más claro de la economía en hogar, como un balance de situación actual, pero ahora toca ponerse manos a la obra con los ingresos y los gastos. Dicho de otra manera, es momento de aprender a desarrollar sanos hábitos financieros en el hogar.
¿Cómo llevar las finanzas en el hogar?
Lo más importante es saber los ingresos y gastos mensuales del hogar. Suena sencillo, pero no lo es tanto, como puedes imaginar. Las finanzas en el hogar se basan en el principio de las gallinas que entran por las que salen: no debemos gastar más de lo que ingresamos. Lo primero es anotar las fuentes de dinero de la casa.
Por ejemplo, el sueldo tuyo y de tu pareja, si tienes formada una familia; ingresos adicionales por negocios fuera del trabajo actual. Esto lo puedes registrar de manera antigua, por ejemplo, los antiguos libros de cuentas, en una agenda o en una hoja de cálculo Excel, para los más modernos, que es una forma práctica para llevar las cuentas de casa. Ahora bien, aquí ya conoces las gallinas que entran.
Ahora la cuenta más difícil, saber las gallinas que salen. Empieza espacio nuevo con los gastos fijos que debes cubrir de forma constante en cada mes. Por ejemplo, el arriendo de tu casa o apartamento o la hipoteca. Y otro espacio para los que son frecuentes, pero varían en el tiempo, como lo son el pago de servicios públicos y el gasto en transporte (gasolina, pasajes en transporte público).
“Uno de las características de tener buenos hábitos financieros en el hogar es que es muy fácil acostumbrarse a hacer las cuentas de forma mensual”
Un consejo fundamental: guarda los recibos, desprendibles de pago, las facturas y los rollos de las compras que haces en el supermercado. Los vas a necesitar a partir de ahora. Tanto de los pagos en efectivo como de los que hagas con la tarjeta de débito o de crédito. Aquí todos importan.
Ahora tienes que crear varios espacios nuevos de gastos y agrupar los importes de los recibos por temas. Por ejemplo, imagina la categoría alimentación y contabiliza todo lo que gastas al mes en el supermercado, el restaurante frecuente y los demás gastos para comer.
Haz lo mismo con las categorías ropa y entretenimiento. Y cualquier otra clase de gasto que tengas en casa. Puede parecer de mucho trabajo, pero no lo es tanto. Una de las características de la economía doméstica es que es muy fácil acostumbrarse a hacer las cuentas de forma mensual. Dedica la mañana del último domingo de cada mes y revisa todas las gallinas que entran y las que salen.
Ya tienes el espacio de ingresos mensuales, también la de gastos mensuales. Es la hora de la gran operación de resta. ¿En las finanzas en el hogar se gana más de lo que gasta? ¿O gasta más de lo que gana? Es el momento de analizar los números, comparar mes a mes, entender cómo consumes y pensar en realizar las mejoras necesarias. Dónde, cuándo y cómo ahorrar.
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